La vida no trae consigo un manual de instrucciones, pero si viene con una madre. Ser madre es uno de los roles de la vida más cansados y es un trabajo extenuante que no recibe un pago. Pero para las mamás, es de igual manera gratificante y satisfactorio. Desde hacer los mandados hasta estar al pendiente de pequeñas tareas, el día de una madre parece nunca tener fin.
Cuando crecemos, tendemos a volvernos completamente dependientes de nuestras mamás, y quizá podemos confundir su presencia constante en nuestra vida con el ser estricta. Pero la buena noticia es que es más probable que una madre estricta tenga a una hija exitosa..Y es muy lógico. Las madres que están más al pendiente de sus hijas desarrollan un mejor lazo de confianza con ellas. Ellas les enseñan con el ejemplo y establecen altos estándares para sus hijas, lo cual previene muchos problemas comunes de la sociedad como el embarazo en la adolescencia, la depresión y otras enfermedades de salud mental.
Sin embargo, es más probable que las hijas de las mamás estrictas estén motivadas a terminar su educación y alcanzar sus metas.
Ellas crecen con un recordatorio constante de que tienen que trabajar duro, ser amables y nunca rendirse. Y ellas aprenden esto de la dedicación de sus padres, especialmente de su madre.
Así, que si eres una mamá estricta,y las pequeñas discusiones con tu hija te hacen sentir mal, resiste. Con el tiempo ella va a agradecerte por todo tu apoyo. Quizá ella no lo valora o puede corresponderte, pero hay una gran posibilidad de que ella recordará las lecciones que le enseñaste y las usará como fuerza para seguir adelante.
Si sentiste un poco de alivio al leer esta artículo, entonces compártelo con tus amigas y hazles saber que está bien de vez en cuando ser una mamá estricta.
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