Una vez que se duermen los hijos, regresa la calma; pero, las mamás sentimos que no podemos más… estamos tan agotadas que nos quedamos dormidas al instante. Tal vez dirían que exageramos, pero un estudio reciente avala que, efectivamente, cuidar a los hijos es más agotador que cualquier trabajo fuera de casa.
La investigación realizada por el Pew Research Center encontró que atender a los hijos de tiempo completo es una de las actividades más agotadoras; después siguen las actividades domésticas y, en tercer lugar, las relacionadas con un trabajo remunerado.
Sin embargo, será muy agotador o terminamos “sin pila” (mientras que ellos la tienen al 100%); pero, la felicidad y satisfacción de convivir con nuestros pequeños es muy grande.
Tan sólo esa sensación de placer, emoción y alegría cuando jugamos con nuestros hijos, ya sea a los superhéroes, a las princesas, contando cuentos, brincando de arriba para abajo, o simplemente besándolos y abrazándolos, no se compara con NADA en el mundo.
En ese momento las mamás nos olvidamos de todo y nos sentimos más relajadas y sin estrés (siempre y cuando no hagan berrinche, jajaja); nos enfocamos a redescubrir nuestra imaginación y a ser felices de la nada.
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