Seguro que en más de una ocasión has olido el perfume de alguien y has pensado “¡qué bien huele y cuánto le dura!”. Y sí, puede que la fragancia que ha usado dicha persona tenga una concentración más fuerte y por ello su aroma se mantenga mejor a lo largo del día, pero también puede que esté haciendo uso de ciertos consejos que ayudan a que el olor del perfume perdure mucho más tiempo en la piel
1. Aplicarlo en el cabello, pero con prudencia: el pelo es una de las partes del cuerpo donde mejor se conservan los olores y, por eso, se aconseja aplicarlo también en él. Además, normalmente es la zona que van a oler las personas que se acerquen a ti, por lo que percibirán mucho mejor tu perfume. Eso sí, hay que tener en cuenta que se trata de productos que llevan alcohol y pueden dañar el cabello, por lo que hay que aplicar poca cantidad.
2. La clave de la crema hidratante: sobre una piel bien hidratada
el aroma permanece mucho más tiempo, por lo que es importante aplicar antes una crema hidratante, a ser posible sin olor, o que tenga ingredientes similares al perfume (hay marcas que ofrecen la crema hidratante y el perfume en la misma línea).
3. Emplear en las zonas del cuerpo que más calor emiten, que son aquellas en las que podemos notar el pulso: los puntos clave son las muñecas, detrás de las orejas y el cuello, aunque también podríamos incluir los codos, rodillas y tobillos, aunque, por lo general, lo que buscamos es que el aroma se desprenda en la parte superior del cuerpo, para ser percibido tanto por nosotros, como por las personas que nos rodean.
Pero cuidado, aquí tendemos a cometer uno de los errores más comunes al aplicar el perfume, y es echarlo en las muñecas y frotarlas entre sí, pero con este acto podemos estar modificando el aroma de la fragancia y, a su vez, haciendo que dure menos tiempo, al evaporar parte de sus moléculas.
4. Aplicarlo en la ropa, especialmente en verano: de esta forma evitaremos que, al sudar, el olor del perfume se vea alterado.
5. Presta atención a su conservación: los perfumes no deben guardarse en zonas muy expuestas a la humedad, a la incidencia directa del sol o a temperaturas muy elevadas. Por ello, elige un espacio oscuro, fresco y seco, a ser posible fuera del baño. Y si se pueden envolver en fundas, mucho mejor.
Fuente : Facilísimo
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