miércoles, 7 de febrero de 2018

Dulce venganza



No hay nada que pueda romper de una manera más brutal una relación que el descubrimiento de una infidelidad. Las pasiones se apagan, los gustos cambian o las situaciones personales dan pie a nuevas y gratificantes experiencias que nos hacen caer en la tentación. Pero cuando se traspasa la delgada barrera, cada vez nos resulta más fácil volver a vivir la experiencia, dando lugar a una espiral que termina por destruir a la persona que una vez quisimos a nuestro lado. Por suerte, en este caso el hombre se tomó una dulce venganza.


Comienzos de la historia

El protagonista de la historia era un soldado profesional que se hizo llamar a sí mismo Frizzmaster. Su vida dio un giro cuando un compañero de trabajo le presentó a una amiga para poder salir de marcha. Él se interesó por ella y finalmente terminaron viviendo bajo el mismo techo. Por desgracia la ley militar no le permitía quedarse a dormir con ella sin estar casados, a pesar de que ella comenzó a sufrir diversas dolencias. Fue entonces cuando se decidieron y formalizaron su relación con el matrimonio. Este fue su primer error.

Primeros síntomas extraños

Poco tiempo después de casarse, ella comenzó a alegar que necesitaba desplazarse a otra ciudad para poder llevar a su madre al hospital y para poder comprar productos en otros supermercados de diferentes ciudades, ya que las tiendas de la suya propia no disponían de ellos en stock. De nuevo, en un amago por complacerla, le compró un vehículo con el que podría moverse sin necesidad de nada adicional. Gracias a él, también, pudo disfrutar de un seguro médico con el que cubrir todas sus necesidades. Sin duda toda una serie de ventajas que le hicieron sentirse muy cómoda.

Destino: Corea

A pesar de que él comenzó a sospechar que había algo raro cuando se percató de que su coche estaba aparcado en diferentes lugares extraños, en un golpe de suerte por parte de ella, le llegaron órdenes para pasar un año en un destino en Corea. Así fue como pudo tener total libertad sin tener que dar ni inventar ningún tipo de excusas. Ahora solo tenía que acercarse a cobrar su cheque, disfrutar de su casa y tener todas las comodidades imaginables. Él, mientras tanto, servía a su país en un territorio peligroso.

Se destapa la mentira

Después de pasar el año en Corea recibió órdenes para volver a casa y fue entonces cuando descubrió la verdad de su matrimonio. Y no fue de parte de alguien ajeno, ya que fueron la madre, el hermano y los tíos de ella quien la delataron. Al parecer habría estado manteniendo relaciones íntimas con diferentes personas, 60 según los propios familiares contaron, durante todo este tiempo. La excusa que dio fue de lo más rocambolesca posible, pero a ella le pareció aceptable.

La “excusa”

Al parecer ella contaba que, debido a que a su marido le gustaban los hombres, le designaba las personas con las que podría mantener relaciones, asegurándose de que fueran personas sanas. Por ello gran parte de sus compañeros de cama eran soldados. Básicamente lo estaba usando para que le costeara los gastos médicos, de hogar y le comprara los caprichos mientras él se jugaba la vida en su propio trabajo. Pero no quedó todo ahí, ya que ella era ajena a esta revelación. Sin saberlo se metió en un mundo de mentiras del que no podría salir.

La confesión más absurda

A penas un par de semanas después de conocer las infidelidades de su esposa, recibió una llamada de esta en la que confesaba su desliz con UN hombre. ¿El motivo de la declaración? Se había quedado embarazada de él en una época en la que él estaba de servicio en otro estado. Para más complicaciones, el padre era de afroamericano, por lo que el hijo difícilmente iba a pasar por suyo, ya que no pertenecía a dicha etnia. Fue entonces cuando él decidió dar sus pasos con la mente fría y calmada. Su venganza iba a tomar forma.

La venganza es un plato que se sirve bien frío

Se desplazó a su hogar sin decirle nada a su aún entonces esposa y comenzó a empacar todas sus pertenencias, evitando así que pudiera vender nada de lo suyo. Luego comenzó el proceso de divorcio. En ese momento se encontró con que el novio de su mujer aparecía conduciendo su propio coche. Ante su sorpresa no se trataba del padre de la criatura, sino de otro nuevo que había aparecido en su vida. Gracias a la ayuda de los familiares de su futura exmujer logró quitarle las llaves del coche, dejó todas sus pertenencias fuera y se aseguró de ser el único poseedor de todas las copias. El proceso de divorcio fue aún más disparatado.

Proceso de ruptura

Más tarde descubrió que el propio joven al que había retirado las llaves se había separado de la que aún era su mujer y que había tratado de llevarse sus cosas. Al parecer habría estado viviendo en la casa de nuestro protagonista, comiéndose su comida, acostándose con su mujer y hasta usando su propia ropa. Fue entonces cuando, tras varios meses, comenzó el juicio por la separación. La jugada maestra que parecía dar la suerte a la futura exmujer fue que, al declarar que no iba a permitir una prueba de paternidad, el proceso tendría que esperar más.

Conclusión del juicio

El abogado de nuestro protagonista acorraló a la otra persona con preguntas sobre el padre de la criatura, obligandola a decir la verdad so pena de incurrir en perjurio. Ella lo reconoció todo, pero dijo que era porque él había mantenido relaciones con un hombre familiar suyo, algo que él ni se molestó en desmentir. El juez, basándose en los hechos declaró que debía abandonar la casa, ya que era propiedad de él, así como su coche y que no podría volver a mantener ningún tipo de contacto con el ya entonces exmarido. Ante esta situación ella comenzó a llorar alegando que no tenía otro sitio donde vivir. “Tienes 30 días para salir de la casa y durante ese tiempo podrás pensar dónde”, fue la respuesta del juez. La venganza había sido cobrada con justicia.

Fuente Para los curiosos

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